

ÁVILA, FEBRERO DE 2025.
DISCERNIR EN LA ORACIÓN, ACOGER CON EL CORAZÓN
Al atardecer, después de rezar Vísperas con la Comunidad y de la cena para reponer fuerzas, comenzamos nuestro encuentro GOT, un grupo de más de treinta personas venidas de Portugal, Cantabria, Vitoria, Burgos, Madrid, Salamanca y Ávila.
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Una original dinámica nos ayuda a acogernos, a conocernos y con algunos gestos y palabras dar a conocer ese mensaje de Jesús que llevamos dentro.
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El sábado iniciamos la mañana con la oración de Laudes, en la Capilla de la Meditación. Su forma circular con el sagrario en el centro, nos ayuda a ese “mira que te Mira”, a ese cruce de miradas que se unen en el centro donde está el Señor, que es el que nos ha convocado.
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El juego del amigo secreto nos da pie para orar y tener una atención especial por esa persona en concreto.
La conferencia, “clase magistral”, diría yo, de Mª José Mariño nos enseña a entender que es eso del discernimiento.
Tarea que dura toda una vida. Aunque es un camino personal, no es individual. El discernimiento no se hace, se vive, es movimiento, es cambio, es dinamismo, aún creciendo cada uno a su ritmo. Es escuchar la voz del Espíritu. ¿Quién soy? ¿Cuál es mi misión?
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Debemos desarrollar ese caminar, ese sueño que Dios tiene para cada uno de nosotros. El Espíritu está en todo y va hablando. Es un juego delicado y debemos escuchar fuera y dentro.
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Terminamos la mañana con la Eucaristía que nos conforta.
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Por la tarde con una dinámica en pequeños grupos aprendemos a escuchar. Escuchar, acallar mi voz, para escuchar el susurro del Espíritu. Escuchar las voces de los demás, sin entrar en debate, solo escuchar. El Espíritu va creando unidad, que no quiere decir uniformidad.
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Terminamos la tarde orando. Con la ayuda de unas palabras de Santa Teresa y el mensaje del Señor, acogemos tanto como nos ha regalado este día.
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Después de cenar, un rato de recreación todos juntos y a descansar.
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El domingo comenzamos orando y seguimos con nuestro tema que da para mucho.
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El discernimiento no es dejar de ser “barro”. Desde ese barro descubro el proyecto que Dios tiene para mí. Voy trabajando y creando, no importan las caídas, Dios me ama como soy.
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Así desde los sacramentos de iniciación voy descubriendo y actualizando mi vocación personal. Viviendo en coherencia y fidelidad y con la necesidad de una conversión continua voy realizando mi configuración en Cristo, encarnando el amor recibido y desplegando ese don.
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Recordando que en nuestra Iglesia todos somos necesarios, no podemos descartar a nadie, todos tenemos algún servicio. Que nuestro corazón vaya latiendo al ritmo del corazón del Señor. María un ejemplo de discernimiento.
Con la Eucaristía, unidos a la Comunidad y a todo el pueblo, despedimos el encuentro.
Óscar Moral


Crónica de un encuentro- Ávila 15-17 de Marzo 2024
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Un encuentro comienza ya con la ilusión de los preparativos. El viaje compartido donde hay cabida para la palabra de todos y el recuerdo a las personas con las que vamos a disfrutar estos días.
Ya en el encuentro lo más importante es el grupo, cada participante con su vida y el estar dispuestos a entrar y dejarnos sorprender por todas las dinámicas preparadas. Todo ello lleva a vivir unas jornadas muy hermosas.
El acogernos unos a otros, desde la mirada, llevar cada mirada a nuestro interior, hacerla nuestra para poder contemplarla con los ojos del alma e iluminar y dejarnos iluminar por ella. Junto a esa mirada hay toda una vida. Sentir algo especial, ver a Jesús en la mirada del hermano. Sentirnos mirados para también nosotros ahora poder mirar.
… Ya estamos preparados para preguntar a Teresa: “enséñanos a orar”.
Y el P. Pedro con su sabiduría pero también con su sencillez nos hace llegar la voz de Teresa.
La oración no es para gente acomodada, es para personas buscadoras, que se arriesgan, valientes, que se dejan engolosinar y que saben preguntarse: ¿para qué hemos nacido? Pues para encontrarnos con Dios, para enamorarnos de Él. Así encontramos un camino nuevo y podemos ser cimiento de los que han de venir.
La Palabra de Dios habla de vida. Descubrimos a un Dios que nos sorprende. Un Dios que se da por entero, que quiere fundirse en un encuentro “de corazón a corazón”.
Y así se nos invita a soñar…
Celebramos con gozo la Eucaristía y el P. Fer nos ayuda a vivir este momento donde acallamos nuestra voz y damos cabida a “Aquel que sabemos nos ama”.
Un comida fraterna y compartida con otros grupos. Sabemos que somos familia en el Carmelo.
